Hoy creo que merece la pena que centremos nuestra reflexión en un acontecimiento que va a vivir de manera extraordinaria nuestra Iglesia navarra mañana y del que no podemos pasar.
Se trata evidentemente de la Ordenación Episcopal de nuestro nuevo obispo auxiliar D. Juan Antonio Aznarez Cobo.
Y creo que es importante y bonito que todos los creyentes de esta Iglesia navarra hoy y mañana pensemos y recemos y le demos vueltas a esta gracia que Dios a través de su Iglesia quiere darnos.
Podemos vivir este momento de dos maneras:
- Diciendo: ¡vaya! otro mandamás que nos ponen... o a mi eso ni me va ni me viene... o conmigo eso no tiene nada que ver... Una forma muy poco eclesial...
- O podemos vivirlo con la alegría propia de una circunstancia así, y sirviéndonos para entender más profundamente el ministerio de los obispos...
No ocurre muchas veces que podamos ver cómo alguien a quien conocemos, a quien tratamos con cercanía y naturalidad es llamado por Dios a un ministerio tan importante como el del episcopado.
Nos da la sensación de que los obispos son como gente ajena... a nuestra realidad concreta, pero nada más falso y el hecho de que sea ordenado obispo un sacerdote de nuestro presbiterio nos ayuda a darnos cuenta de ello.
A D. Juan muchos lo hemos conocido como párroco y profesor... y arcipreste y compañero y amigo... Lo conocemos muy bien, sabemos que no ha sido llamado por ser perfecto... ni el ni yo ni ninguno de nosotros lo es... pero lo hemos visto trabajar con alegría y paz y serenidad por la Iglesia... en lo concreto de la vida de nuestra Iglesia. El año pasado cuando mi coadjutor cayó enfermo en Berriozar D. Juan vino muchas mañanas de domingo a celebrar la Misa de las 9. Siendo ya "el segundo de a bordo en la diócesis"
Y sabemos muy bien que nunca ha buscado de ninguna manera un "cargo" así... entonces ¿cómo lo han elegido? Bueno pues la elección y nombramiento de un sucesor de los apóstoles tiene un proceso largo.
En su caso, la iniciativa parte del Obispo (D. Francisco) que por las circunstancias que considera oportunas pide al Papa un obispo auxiliar para su diócesis y propone posibles candidatos... luego viene un largo proceso en el que son consultados de manera secreta muchos, sacerdotes y religiosos y fieles laicos como vosotros para que "informen" de la idoneidad de este o aquel candidato. Y después el Papa debidamente asesorado elige en la oración el que puede ser más adecuado
Este es el "procedimiento" eclesiastico... pero debemos ir más allá. Para los creyentes el nombramiento de D. Juan como obispo tiene por encima otra historia... más importante, más hermosa... y tienen que ver con aquel que nos ama y nos elige para que le sigamos y estemos con él... Jesucristo.
Jesucristo, vivo hoy, ha llamado a Juan para que le acompañe de una manera muy especial... en el grupo de sus seguidores más cercanos... como sucesor de los doce... (Decía D. Juan en una entrevista que publica "La verdad": Ser sucesor de los Apóstoles es algo que te sobrepasa) Y para nosotros esa llamada de Cristo es motivo de alegría... Uno de nosotros, uno de los de cerca, ha sido llamado por Cristo como hace dosmil años fueron llamados, Pedro y Santiago y Juan y Andrés... pero esta vez ha llamado a uno a quien nosotros conocemos de cerca ¡Qué alegría!
Nosotros podemos querer a D. Juan de una manera muy especial... lo principal porque ha sido Jesús quien lo ha elegido... Lo vamos a respetar porque es un sucesor de los Apóstoles... y vamos a pedirle al Padre Dios que le de Gracia, sabiduría, entendimiento, paciencia y fortaleza... y amor, mucho amor para que en él veamos a Cristo de una manera clara y cercana.
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