Parroquia

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miércoles, 3 de diciembre de 2014

Comienza el Adviento... comienza el Año Cristiano

Durante estos años como sacerdote he podido vivir completamente nueve años litúrgicos, así que por tres veces consecutivas he celebrado el ciclo trienal de la liturgia. 

Y a lo largo de ellos han sidos diversos los temas que he tratado en la predicación: el sentido del Adviento, sus personajes, la esperanza, la triple venida del señor... Muchas realidades, hermosas y profundas. Pero este año, he querido centrarme en otro aspecto. Precisamente en la centralidad de Cristo. 

El comienzo de un año litúrgico, de un año cristiano, nos pone ante una realidad nueva y distinta, y es que el tiempo, y por lo tanto nuestra vida, no gira en torno a las fases de la luna o al sol, sino en torno a los acontecimientos salvadores de la Vida del Señor Jesucristo. Ponerle a Él en el verdadero centro de nuestra existencia, la transforma definitivamente y nos hace ser realmente sus discípulos... e hijos de Dios. 

Y pienso que hoy, al comenzar este año litúrgico, este tiempo de Adviento, hemos de preguntarnos en primer lugar si realmente Cristo es el centro inamovible de mi vida. Y delante de Dios en oración, pedir humildemente su Gracia para que cambie nuestro corazón y nos mueva a que este año nuevo, nuestra vida sea la de un verdadero discípulo que ame sinceramente a su Señor y Salvador... Y a los hermanos como El nos mando. Que Cristo esté en el centro y sea lo más importante para nosotros. 

Ya iremos viendo por qué... 

Los cirios de la corona serán el signo que nos ayudara a entender como la Gracia que Dios verdaderamente derrama sobre nosotros en la celebración litúrgica del adviento, nos iluminará interiormente y nos prepara para la venida del Señor



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