Parroquia

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domingo, 16 de diciembre de 2012

NAVIDAD: Bendición del Árbol Navideño


El árbol de Navidad recuerda al árbol del Paraíso de cuyos frutos comieron Adán y Eva, y de donde vino el pecado original; y por lo tanto recuerda a Jesucristo que ha venido a ser el Mesías prometido para la reconciliación. Pero también representa el árbol de la Vida o la vida eterna, por ser de hoja perenne.



En palabras de Juan Pablo II: “En invierno, el abeto siempre verde se convierte en signo de la vida que no muere"



La forma triangular del árbol (por ser generalmente una conífera), simboliza a la Santísima Trinidad. A las oraciones que se realizan durante el Adviento se les atribuye por un color determinado, y cada uno simboliza un tipo:



El padre o la madre de familia pueden dirigir la oración de bendición del árbol navideño, así le damos el sentido profundamente cristiano a esta bonita tradición...

RITO DE BENDICIÓN DEL ÁRBOL NAVIDEÑO

Todos los presentes, santiguándose, dicen:
En el nombre del padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

El padre de familia dice:

Bendito sea Dios,

Padre de nuestro Señor Jesucristo,
Que nos ha bendecido con toda clase de bendiciones espirituales.
En los cielos, en Cristo.


Todos responden:
Bendito sea el Señor por los siglos.

LECTURA



Uno de los presentes, lee el siguiente texto de la Sagrada Escritura:
Escuchemos con atención la lectura del profeta Isaías:
"Vendrá a ti, Jerusalén, el orgullo del Líbano, con el ciprés y el abeto y el pino, para adornar el lugar de mi santuario y ennoblecer mi estado".

ORACIÓN DE BENDICIÓN



Luego el padre de familia, con las manos juntas, dice la oración de bendición:
Oremos.

Bendito seas, Señor y Padre nuestro,

Que nos concedes recordar con fe
En estos días de Navidad
Los misterios del nacimiento del Señor Jesús.
Concédenos, a quienes hemos adornado este árbol
Y lo hemos embellecido con luces,
Con la ilusión de celebrar
La navidad del nuevo milenio
Que podemos vivir también a la luz de los ejemplos
De la vida plena de tu Hijo
Y ser enriquecidos con las virtudes
Que resplandecen en su santa infancia.
Gloria a Él por los siglos de los siglos.


Todos responden:
Amén.

Al final, todos los presentes, santiguándose, dicen:
En el nombre del Padre, del hijo y del Espíritu Santo. Amén.





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