A todos los que formamos esta gran familia de la Parroquia San Cosme y San Damián de Ansoain.
En medio de esta situación tan difícil que nos está tocando vivir, quiero haceros llegar mi solidaridad y cercanía personal como párroco. Estos días, sin importar nuestra religión o forma de pensar, sentimos que la ausencia de cercanía física pone en marcha los lazos espirituales que nos unen a todos los seres humanos en una gran comunidad, juntos ahora para superar este gran mal que nos aqueja.
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Cada día celebro la Misa en la Iglesia por todos nosotros. |
En primer lugar me gustaría expresar un sentido dolor y cercanía hacia todas aquellas familias que habéis experimentado la dureza de la enfermedad de una manera más intensa, al perder a un ser querido. Estos días atrás, aquí en Ansoain he acompañado a alguna familia en esta situación y se muy bien lo que estáis pasando. Nadie nos ha dejado sin que -en la Misa que celebro cada día solo en mi Iglesia- su alma haya sido presentada con afecto y cariño ante Dios. Nadie nos ha dejado sin una oración por su eterno descanso y para el consuelo de sus familiares y amigos. Pido al Señor Jesús que sabe lo que sentimos los humanos al sufrir, que os conceda su Luz y su Esperanza. Y pido que pronto pueda pasar este confinamiento de manera que podamos sentir el abrazo y la calidez de tantas personas que nos quieren y ahora no pueden estar junto a nosotros.
Del mismo modo y consciente -por el contacto personal que mantengo con muchos de vosotros- de la inmensa labor que humana y espiritual que muchos estáis haciendo para mantener la fe, la vida y la alegría, pido cada día al Señor que nos proteja y nos cuide y, unido a toda la Iglesia, pido que pase esta pandemia y podamos iniciar una nueva vida con un horizonte luminoso y esperanzado.
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Nueva imagen de la Virgen que tenemos en la iglesia grande. |
Nuestra madre la Virgen, ahora más visible que nunca en nuestra iglesia, es también ahora maestra y acompañante para nosotros. A ella podemos acudir en cualquier momento. Aquí la tenéis, yo le rezo cada día por todos y cada uno de vosotros. Ojalá la mires y sea el prisma vocalizador de todo lo que estamos viviendo, de nuestros sentimientos y emociones y de nuestra oración.
¡Que Dios os bendiga!
Jairo.
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